lunes, 11 de mayo de 2015

Fuente de GreenPeace: http://www.greenpeace.org/espana/es/

La seguridad nuclear es un ideal inalcanzable. Todos los reactores nucleares  tienen fallos de seguridad inherentes, que no pueden ser totalmente eliminados mediante programas de mejora.




                     



Un accidente grave en un reactor nuclear puede llevar a liberaciones de radiactividad equivalentes a varias veces la que se produzco en la catástrofe de Chernóbil en 1986 o la de Fukushima en 2011. además de quedar demostrado que los accidentes nucleares se pueden producir en cualquier parte del mundo aproximadamente cada diez años

La ampliación de la vida de los reactores más allá de lo previsto en su diseño original conduce a la degradación de componentes críticos y al incremento de incidentes severos.

Además, la liberalización de los mercados eléctricos ha empujado a las empresas con centrales nucleares a disminuir las inversiones en seguridad.

Por otro lado, los desastres naturales y los impactos del cambio climático, tales como inundaciones, sequías extremas o aumento del nivel del mar incrementan seriamente el riesgo nuclear. Finalmente, los reactores nucleares corren el riesgo de sufrir un posible acto terrorista. Ante todos estos problemas, su cierre es la única solución aceptable.

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